Era domingo, día en que Café Tacvba se presentaba en el Zepp de Fukuoka. Sabíamos que nos teníamos que aventurar. Total, si no encontrábamos boleto, nos regresábamos después del paseo. Teníamos que considerar que el Ryokan cerraba a las 11p.m.
Tomamos el Shinkansen hacia el Oeste. Fue un camino medio largo, como tres horas y media más o menos. La comida me alivianó el camino, comida que me había comprado en el Lawson fuera de la estación de Kyoto (no podía faltar mi delicioso bollo de trigo relleno de carne, que según Migue se llaman Nicoman).
Llegamos a Fukuoka y Carlos pidió informes de la ubicación, le dijeron más o menos. Salimos caminando y paseamos por las calles.
Nos topamos con un cementerio y un templo, nos metimos de chismes y una señora se puso a darnos una explicación del lugar. Parecía un lugar antiguo, la señora se esmeró en explicarnos. Por obvios conflictos del lenguaje, nos limitamos a sonreírle. Nos preguntó de dónde éramos. Hasta nos llevó con otra señora. Muy amables y todo, pero nos fuimos sin saber qué onda con el lugar. Era raro, era un pequeño lugarcito en medio de edificios.
Entramos al metro y habían unos pasillos enormes de shopping, ahí encontré la única tienda de Kitty que vi en Japón.
Salimos, entramos a comer un rico udón con tempura de verduras, niam niam.
Seguimos caminando y preguntando, encontramos el Zepp. Estaba a un lado del Yahoo! Dome del equipo de baseball local, los Hawks de Fukuoka.
Llegando al lugar estaba un argentino que viéndonos las caras de paisa, nos hizo la plática. Compramos el boleto, estábamos felices! Le preguntamos a este amigo si conocía de algún hotel barato cerca, pero no.
En el rumbo estaba el hotel de los Hawks, era un edificio enorme, dado que la noche nos alcanzaba y que no estábamos en un lugar conocido, decidimos probar suerte ahí. Simplemente nos metimos a pregunta cuánto costaba. El lugar estaba súper elegante y todo. Los cuartos estaban caros, pero valía la pena. Tenían baño con rociador de agua para el asterisco, Internet en la tele, súper vista y todo.
Salimos, llegamos al Zepp nos cobraron por la bebida. Nos dieron una botella de agua y un cordón para colgártela al cuello.
Estaba un grupo colombiano, esos que cantan “Bombón bombón”, luego entraron unos jotolones a bailar, finalmente los Tacvbos.
Todo estuvo super bien, es más, nos pusimos a conversar con un grupo de mexicanos de la localidad. Bailé como no lo hacía hace mucho.
Carlos se puso mala copa. Nos pusimos a solicitar las complacencias.
“El espacio Meme, el espacio”
“Tengo todo Joselo, tengo todo”
“Cero y unoooooo”
ETC….
Cuando llegó el momento de Chica Banda, Rubén invitó a las chavas a subirse al escenario, al principio me dio pena, Carlos me dijo que subiera y bueno, al fin me quité la pena y me lancé al escenario. Me costó uno subirme, gracias a Dios que me ayudaron. De esto, no tengo foto, pero si mi video junto a Rubén. Al terminar, una argentina de backstage nos dejó pasar, a ver si los veíamos. Estuvimos cerca, pero luego nos sacaron. Una señora que andaba de argüendera nos dijo que le habían prometido que iban a salir a saludar.
A la mera hora el grupo de mexicanos se fue a noche de copas y nosotros nos quedamos esperando, a ver si salían.
Nos dimos por vencidos. Nos metimos en un lugar al lado para cenar, este lugar tiene ventanales enormes (Maco's).
De repente vimos como un japonés se acercó a la puerta del Zepp. Rubén estaba en la puerta!!!! Carlos salió, yo me quedé porque nos dio pena dejar la mesa y salir. Carlos platicó con él y ví como RUBÉN ME SALUDÓ!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Obvio salí corriendo….lo saludé de beso y todo. Siguió la foto del recuerdo…
WOW!
Mientras estábamos cenando salió su camión, los vimos a lo lejos como nos saludaron.
AWESOME!!!!
Así terminó nuestro día 2 en Japón.
No podía creer que los ví tan cerca, que se rieron de nuestras solicitudes de complacencia, bailé con Rubén, que me tomé una foto con él y lo saludé personalmente, que me abrazó y que al final nos mandaron un saludo…..